Carolina Albornoz
Directora ejecutiva Fundación Caserta
Luego de los resultados del Simce, surgen con fuerza reflexiones sobre las nuevas formas de aprender en las comunidades escolares en medio de la era digital. El ChatGPT está cada vez más presente como modelo de lenguaje de inteligencia artificial, que permite hacer búsquedas rápidas y precisas sobre los más diversos contenidos, los que ya están siendo utilizados por profesores y estudiantes. También tiene la capacidad de elaborar textos completos listos a requerimiento del usuario.
De esta forma, si bien es una oportunidad de priorizar acciones para enfrentar los desafíos educativos, también es importante tener en cuenta los posibles impactos negativos. Por ejemplo, la falta de formación en educación integral, que permita generar vínculos sanos y equilibrados con la tecnología, podría llevar al uso excesivo de dispositivos electrónicos y una “adicción” que repercuta en el equilibrio de un estudiante o profesor.
La comunidad Profes en Red realizó un taller de inteligencia artificial ChatGPT para docentes de América Latina, con el objetivo de acercarlos a esta tecnología. ¿Qué oportunidadesse abren para el quehacer docente? ¿Cómo implementarían este sistema en el aprendizaje?, fueron algunas de las consultas a los participantes. Los profesores destacaron que este sistema constituye una oportunidad de actualización, disminuye la carga laboral, mejora técnicas y herramientas para trabajar a la par con sus estudiantes, facilita el trabajo y reduce el tiempo destinado a labores administrativas. Pero, por otro lado, también puede tornarse un problema: que los estudiantes no realicen sus propias investigaciones y eviten crear y aprender contenidos, dejando esa labor en manos de un modelo de inteligencia artificial.
Es importante tener en cuenta los posibles desafíos y limitaciones del ChatGPT: la falta de emocionalidad y empatía en la interacción, la posibilidad de recibir información errónea o sesgada y la necesidad de equilibrar su uso con otras formas de aprendizaje significativo en contacto con la naturaleza como la gran sala de clases. Se trata de un apoyo para las comunidades, pero no reemplaza la experiencia significativa ni el vínculo primordial entre pares, el diálogo sincrónico entre el profesor y estudiante o el vínculo padre e hijo, a la hora de apoyar en las tareas al hogar. En suma, una herramienta complementaria y no un reemplazo completo de la educación y del vínculo humano.
En esa línea, resulta pertinente la guía entregada por el Ministerio de Educación en torno al uso de este sistema, el que puede contribuir a entregar ejemplos, a encontrar información o bien a sugerir ideas a desarrollar, pero es necesario remarcar lo vital del rol de los estudiantes y la docencia.
Fuente: La Segunda