El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, presentó ayer la “Hoja de ruta para el Sistema Educativo 2022-2026”, donde se plantea que se buscará un “cambio de paradigma en educación”.
Según el documento, “la revuelta social del año 2019 fue la manifestación de un malestar acumulado por 30 años”, debido a que “se fueron mercantilizando aspectos tan centrales para el bienestar, el buen vivir y la equidad social”, y que en el plano educativo ello “significó que en Chile se edificara un modelo de mercado educacional, en donde el acceso a la educación dependiera del tamaño del bolsillo de madres, padres y apoderados”.
En ese contexto, el Mineduc califica al Estado como un “supervisor del sistema”, donde la educación es “un bien de mercado, al que se accede dependiendo de la condición socioeconómica y en base al endeudamiento en educación superior”. Mientras, plantea un nuevo paradigma con un Estado “garante y articulador” en el que la enseñanza sea “un derecho independiente de la condición socioeconómica de las familias, sin endeudamiento por estudiar”. También se detallan las nueve políticas que el Mineduc trabajará, donde destacan el proyecto para modificar la nueva educación pública, una iniciativa para reformular el Sistema de Aseguramiento de la Calidad, el proyecto de Educación Sexual Integral y el que buscará condonar las deudas educativas.
La definición del Gobierno tuvo una recepción dispar. Según la decana de la Facultad de Educación de la U. San Sebastián, Ana Luz Durán, “cuando se plantea que se va a hacer un cambio de paradigma hay problemas fundamentales: lo primero es que desconoce los avances, es decir, que todo lo que se ha hecho no sirve”, y que “es complejo que se desconozca el rol que han tenido los privados históricamente en el desarrollo de la educación”.
Diferente opina Alejandra Arratia, directora ejecutiva de Educación 2020. “Los planeamientos son muy coincidentes con los que levantamos en 2020 y 2021 en ‘Tenemos que Hablar de Educación’ con las comunidades educativas, que querían este cambio de paradigma”, pero también advierte que se debe “reconocer el camino que se ha ido haciendo e ir avanzando desde ahí”, dice.
María Paz Arzola, coordinadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo, asegura que “me llama la atención que se haya impuesto una visión unívoca al respecto, pues es muy pronto para interpretar con tantas certezas lo que ha venido ocurriendo en el país desde 2019”.
También dice que en el documento “existen varias contradicciones” y que “sería deseable que en lugar de pretender imponerlo desconociendo la realidad del sistema educativo, se buscara tomar esta en cuenta y trabajar sobre la base de ella”.
Fuente: El Mercurio