“Es urgente renovar los enfoques con los que hemos venido trabajando en educación”. Con este llamado, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, comenzó su exposición en el seminario “Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social por la educación”, realizado la semana pasada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Fundación SM, para analizar los desafíos y oportunidades que se abren para el sector en el siglo XXI.
El ministro fue invitado a hablar sobre la propuesta de cambio de paradigma educativo que impulsará el gobierno, el que “se va a traducir en un cambio en las relaciones que tiene el Estado con los establecimientos y con los profesores y profesoras”.
El cambio de paradigma, agregó la autoridad, se traduce en acciones que transformarán la experiencia educativa para dar respuestas a los desafíos del siglo XXI, en base a tres principios: la confianza, la colaboración y el acompañamiento del Estado al sistema escolar. “Hay que devolver la confianza en el sistema educativo, devolver la confianza en quienes están todos los días en las aulas enseñando a los niños, niñas y jóvenes”, planteó.
“Durante mucho tiempo, quienes han ejercido la autoridad desconocieron el papel y el valor que tienen los profesores y profesoras, y cuál es la transformación que ellos hacen. Lo que podemos decir tras la pandemia es que gracias a los profesores y profesoras es que el sistema educativo se mantuvo en pie”, dijo el ministro.
Para lograr la transformación educativa, el ministro Ávila explicó que existen cuatro claves: reforzar la educación como un derecho social, con la educación pública en el centro; fortalecer el rol transformador de los trabajadores de la educación; promover el acompañamiento y la evaluación con sentido formativo; e impulsar un currículum flexible y contextualizado para los aprendizajes del siglo XXI.
Respecto a este último punto, el ministro anunció que “vamos a proponer al país, el próximo año, la realización de un congreso pedagógico con foco en la discusión del currículum escolar”, para adaptarlo a los desafíos del futuro. “Hay que valorar y recoger la experiencia de la priorización curricular, especialmente a través de experiencias de innovaciones educativas”, añadió el ministro.
“Tenemos un currículum extenso, muy rígido y contenidista. Cuando uno se reúne con profesores y alcaldes, en el mundo particular subvencionado y también privado, hay una valoración de que el currículum debe ser priorizado, y eso parte de lo que vamos a proponer: mantener un currículum priorizado en los próximos tres años, hasta que hagamos el cambio curricular correspondiente”, agregó.
El ministro Ávila también dijo que se avanzará en una reforma al Sistema de Aseguramiento de la Calidad, desde un modelo que categoriza y sanciona, a uno que acompañe al sistema educativo. “En algún minuto la política educativa pensó que era adecuado cerrar a las escuelas que no les iba bien, y eso es un sinsentido, pensando en la falta de cupos que tiene el país. Al revés, el Estado lo que tiene que hacer es abrir escuelas”, explicó.
En el seminario también expuso Mary Guinn Delaney, jefa de Educación Transformativa de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), quien señaló que es necesario avanzar a un nuevo contrato social de la educación, “para reparar las injusticias del pasado mientras transformamos el futuro”.
“Necesitamos revisar los valores y principios fundamentales que yacen detrás de nuestro sistema educativo, y esto significa reafirmar el derecho a la educación a lo largo de las vidas, reafirmar la educación como proyecto público y bien común”, planteó.
Por su parte, Rafael Gómez, director de la Fundación SM en Chile, dijo que este desafío requiere que la sociedad se haga cuatro preguntas: cómo caminar desde un sistema competitivo a una pedagogía cooperativa y solidaria; cómo transitar de una cultura docente solitaria a una cultura de colaboración, cómo promover la ciudadanía activa y la participación democrática; y cómo reconstruir las relaciones entre las personas y el planeta.
El seminario contó también con la participación de Rosa Devés, rectora de la Universidad de Chile; Valtencir Mendes, director interino de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe; Mayte Ortiz, directora global de la Fundación SM; Cristian Bellei, doctor en Educación de la Universidad de Harvard; Maritza Arias, profesora ganadora del Global Teacher Prize Chile 2022; y Mariana Guzmán, estudiante de Pedagogía e integrante de Aula Go.
Fuente: El Mostrador
