Carolina Albornoz
Fundación Caserta
Una mayor información, interactividad y conexión con un mundo globalizado son algunos de los beneficios que han traído las tecnologías. Sin embargo, la rápida digitalización también ha generado un nuevo formato de un antiguo problema: el ciberacoso o ciberbullying, que se ha convertido en una realidad preocupante. Y aunque estamos bien informados sobre su presencia entre los estudiantes, es menos conocido que también afecta a uno de los pilares de la educación: los docentes.
Una encuesta del área de estudios de la Fundación Caserta revela datos alarmantes. Según el sondeo, el 51,8% de los profesores conoce a colegas que han sido víctimas de ciberacoso por parte de estudiantes, de otros colegas docentes o bien de miembros de la comunidad escolar. Esto demuestra que el problema es más extendido de lo que podríamos imaginar.
¿Qué cursos de acción podemos tomar ante estos hechos? Sorprendentemente, los mismos profesionales de la educación tienen la respuesta: el 85,7% de ellos considera que la formación en educación socioemocional para la comunidad escolar es la mejor manera de reducir los niveles de ciberacoso.
Este dato pone de manifiesto que los docentes son conscientes de la necesidad de un cambio en el paradigma educativo. Un cambio que posicione el bienestar como prioridad, que reconecte a los estudiantes con la naturaleza y que desarrolle competencias integrales del siglo XXI para enfrentar los desafíos futuros. Por eso, uno de los aportes que hemos realizado desde 2020 es el programa “Profes en red”, donde han participado 650 profesionales a la fecha, quienes han aprendido sobre el nuevo rol docente del siglo XXI y se han actualizado en temas como educación socioemocional, intercultural, ambiental e integral para el desarrollo sostenible, entre otros.
Hacer frente de mejor manera a los ambientes escolares marcados por el estrés y violencia, implica fomentar el bienestar como cultura dentro y fuera de la sala de clases. Si un docente tiene mayor bienestar habrá cientos de estudiantes que lo tendrán, por lo que resulta crucial centrarse en ello. Es esencial abordar el problema desde la raíz, enfocándonos en el desarrollo de habilidades socioemocionales y vínculos significativos en la comunidad escolar. Esta es la clave para construir un entorno educativo en línea seguro, respetuoso y saludable.
Fuente: La Segunda