Seguramente habrá escuchado hablar de la “dopamina” y su asociación con los estados de ánimo, o como algunos le llaman, la “hormona de la felicidad”. Lo cierto, es que también es la responsable de que podamos correr, jugar y saltar. Es decir, cumple una función motora pero también emocional en nuestro organismo. Lo que pocos saben es que es de gran ayuda, ya que, a través del juego, nuestro cerebro libera esta sustancia química considerada esencial para la motivación y el aprendizaje.
María Victoria Peralta, académica de la Universidad Central y Premio Nacional de Educación, considera que el juego es una actividad fundamental en el proceso de desarrollo de los niños “en mi opinión, la verdadera misión de la enseñanza que consiste en un proceso de formación humana, ha perdido el norte. Muchas familias les piden a los educadores que hagan más o menos casi un preuniversitario el jardín infantil…que aprenda de números, que haga palotes, que llene cuadernos, que haga tareas y cosas que no tienen nada que ver con la educación de la primera infancia”, dice.
Según la Convención de los Derechos del Niño “La educación parvularia, asegura al niño y la niña la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar e interés superior, como sujetos de derecho a una vida plena, protagonistas de los contextos en que se desenvuelven”.
Por ello, la carrera de Educación Parvularia de la UCEN, ha dispuesto desde hace ya más de veinte años, el Centro de Aprendizaje Integral (CAl), un espacio que es visitado por niños y niñas de diversos jardines infantiles de la Región Metropolitana, al cual son invitados a experimentar diversas modalidades curriculares no convencionales, que integran ciencia y arte en sus objetivos pedagógicos, entregando espacios de desafíos de calidad e innovación para su proceso de aprendizaje.
¿Por qué es relevante que los niños tengan esta experiencia? El CALI trabaja sobre la autonomía y les da la posibilidad que puedan elegir lo que quieran hacer. Para ello, cada semestre se seleccionan tres estudiantes de la carrera, quienes son las encargadas de crear los espacios, guiar y motivar a los niños en las diversas experiencias educativas que se plantean.
“La educación tiende a ser concebida de manera formal, sistemática, en una sola línea o dirección. Esto hace que el proceso educativo sea mirado como algo serio y aburrido, en el cual el juego, la entretención y la creatividad no deberían estar presentes. Sin embargo, existen espacios y propuestas innovadoras, sobre todo en el ámbito de la educación infantil que rompen con esta percepción”, explicó Javiera Orchard, docente de la carrera y coordinadora del CAI.
Para quienes visitan el CAl, se encuentran con un espacio donde la creatividad, el juego, los colores, sonidos, experiencias y sabores, forman parte de los aprendizajes que desarrollan los niños cada semana, contribuyendo a la equidad y al mejoramiento de su educación.
Orchard, agrega que la metodología que da vida a esta propuesta, les permite a los niños vivenciar cuatro contactos o etapas, “la primera nos centramos en lo sensorial, luego lo afectivo, cognitivo y por último en la
construcción creativa; son cuatro momentos en torno a un tema general que puede ser el espacio, los dinosaurios, los insectos, lo importante es desarrollar experiencias a través del juego, que resulten atractivas y motivantes”.
La académica de la UCEN, sostiene además que la experiencia del CAl es tanto para estudiantes como para las educadoras de los jardines visitantes “es para todas y todos, afortunadamente se está revalorizando la libre expresión y la estimulación de la creatividad. El arte y la ciencia, son formas de inteligencia que debemos potenciar desde una mirada diversa e inclusiva para favorecer un desarrollo integral de la niñez”.
Sofía González, estudiante de Educación Parvularia: “Yo elegí la carrera de Educación Parvularia en la UCEN porque entrega una malla curricular bastante completa. Tenemos prácticas innovadoras desde primer año con un marcado sello social, entregando un aprendizaje integral, reconociendo a niños y niñas como sujetos de derecho”.
Fuente: LUN