Fundación Caserta y Parque Educativo Likandes, en su compromiso por el cuidado del bienestar y el desarrollo pleno e integral de niños, niñas y adolescentes, han iniciado un proceso de adecuación de la normativa interna ante la detección y derivación oportuna de situaciones de abuso infantil. Con ello, se compartió el marco de comprensión y acción para que los integrantes de la organización puedan saber las responsabilidades, los derechos y qué hacer ante la detección de una sospecha, conducta o evidencia de vulneración en el ámbito de acción laboral.
El trabajo permanente con niños y adolescentes levanta la necesidad de establecer protocolos de prevención y acción ante estos casos. Con el objetivo de actualizar los modos de operar en esta temática, el jueves 22 de junio, los equipos de Fundación Caserta, Parque Likandes y Fundación MERI, participaron en la Jornada de capacitación para detección y derivación oportuna de abuso sexual infantil.
La jornada permitió a los asistentes comprender el contexto histórico del desarrollo de la infancia, los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y adentrarse en distintas perspectivas sobre el abuso sexual infantil. ¿Qué es? ¿Cómo ocurre? ¿Por qué? ¿Cuáles son los mitos asociados? ¿Qué hacer en caso de ser testigos de una situación de abuso en contexto de la ejecución de los programas Caserta? Fueron algunas de las preguntas que se resolvieron durante la capacitación.
El primer bloque estuvo a cargo de las psicólogas Marcela Iglesias, autora del Programa Nacional Unicef MI SOL, Prevención de Abuso Sexual Infantil desde la Comunidad Escolar; y Catherine Peragallo, especialista en psicoterapia de adolescentes y niños víctimas de abuso sexual y miembro del directorio de la Fundación de Prevención de Violencia Infantil (PREVIF). La segunda parte del día estuvo dedicada a conocer las nociones y distinciones legales de los delitos sexuales, a cargo de la abogada Fernanda Llusá, delegada UNICEF.
“El objetivo tiene que ver con cuidar el bienestar y el desarrollo pleno de niños, niñas y jóvenes, fortaleciendo a la comunidad en el marco de una cultura de derecho. El mayor desafío es compartir la preocupación, no que quede relegado a los expertos. Es que naturalicemos desde una cultura de abusos a una cultura de derechos y de protección. Cuando un niño o una niña es abusado, es la comunidad la que sufre. La comunidad cuida a la comunidad” destaca Marcela Iglesias.
Esta primera jornada es parte de un trabajo que ya lleva tres meses de diagnóstico, investigación y comparación de estrategias de acción. Este paso de socialización permitirá adaptar y mejorar el protocolo para ser aplicado en todos los programas ejecutados por Fundación Caserta, MERI y Tata Mallku. Luego de ello, una vez publicado el nuevo protocolo de acción, podrán realizarse actualizaciones y revisiones.