En el marco de su futura participación en la mesa de conversación “Educación y felicidad”, que se realizará en el 3er Encuentro de Relaciones Saludables y Felicidad, el Director Ejecutivo de Fundación Caserta, Camilo Herrera, nos invita a preguntarnos ¿Cómo podemos –en lo concreto-educarnos para ser felices?
Para Camilo Herrera, el educarnos para ser felices, hay que mirarlo sistémicamente. “La educación es un proceso, por tanto una intención que tu tienes sobre los aprendizajes de otro.” “Por el solo hecho de estar vivo, tu estás aprendiendo, entonces cuando educamos, intencionamos algo.”
Bajo esa premisa, la reflexión de Camilo se sitúa en la escuela donde ocurren interacciones entre profesores, estudiantes, administrativos, directivos, apoderados y auxiliares. “En la escuela ocurren interacciones entre personas, por tanto, la primera pregunta que me surge es ¿Están siendo los profesores felices? Y cómo la felicidad se contagia, la otra pregunta que me hago es ¿Cómo pueden ser los profesores felices?”
A su juicio, las preguntas nos hacen entrar a una deriva que tiene que ver con la presencia, con que los docentes se apropien de su rol, que sientan y vivan que lo que hacen tiene sentido. Lo anterior, declara Camilo, es una primera clave, para que los profesores trabajen desde el sentido de vida, desde su fluir, que creen e intencionen sus propias clases.
Luego, sitúa su mirada en los otros actores relevantes de la educación. “Vemos a los estudiantes bajo el sistema educativo actual, donde el profesor, es el que sabe y enseña a los estudiantes que no saben, por lo tanto, se los obliga a ir al colegio, como quien va al dentista; que sabemos es importante, pero queremos que termine lo antes posible. Lo anterior , crea un escenario bien complicado.”
Escenario, que para Camilo, propone una segunda clave “lograr que los estudiantes miren y confíen en su educación como algo que les amplíe el horizonte de posibilidades, ya que cuando un ser humano amplía su horizonte de posibilidades, la emoción que le viene es la alegría. Entonces la educación actual, bien podría enfocar el curriculum hacia al aumento de los horizontes de los estudiantes y dejar su mirada centrada en pasar contenidos.”
Al finalizar, nuestro entrevistado, nos comparte una última reflexión “para poder educarnos para ser felices, es necesario trabajar el vínculo que hay entre los educadores y los educando. Es decir, si es un vínculo basado en el miedo de: te voy a poner una nota, te voy a castigar, pórtate bien, estamos perdido. Ahora bien, si el vínculo es una preocupación auténtica por el futuro del otro, de cuidar un contexto, de estar ahí, en la presencia con el otro, de que el otro te importe efectivamente, se empieza a generar un sistema donde es posible educar en felicidad”
Estas y otras preguntas y reflexiones es lo que el director Ejecutivo de Fundación Caserta, junto a Aldo Calcagni y Juan Casassus, compartirán en el conversatorio “Educación y Felicidad” el próximo 27 de abril, en el salón 1 del Centro de Eventos del Parque Araucano.