Felipe García Soriano, joven de 19 años, estudiante de Sociología de la Universidad de Chile, que le gusta leer, imaginar y crear, comparte su experiencia como Monitor de Fundación Caserta y te invita a ser parte de una experiencia transformadora.
1.- ¿Qué fue lo que te motivó para ser parte de la primera escuela de monitores de Fundación Caserta? ¿Cómo te enteraste?
Mis anteriores experiencias siendo beneficiado como estudiante secundario de los proyectos de la fundación, junto con un constante interés en trabajar en educación, me motivaron para unirme a esta cruzada, en la cual podría usar todas mis habilidades para aportar un granito de arena transformando la forma de entender, hacer y vivir la educación.
Me entere por la página de Facebook, dado que la tenía a la vista para que se presentara una oportunidad así.
2.- ¿Qué experiencias significativas, tanto en el espacio académico/profesional como en el personal, has vivido siendo Monitor de Fundación Caserta?
Desde el trabajo con los profesores de Providencia, hasta con niños y jóvenes de colegios de Peñalolén, en los proyectos de rutas y travesías, he obtenido transversalmente algunos regalos incomparables para mi vida. Primero que todo, los lazos con compañeros magistrales, los cuales esperas y sabes que volverás a ver cada vez que te despides, amigos que te entregan enseñanzas desde su lugar propio, el cual no temen compartir. Por otro lado, cuando trabajas con un grupo de niños (o adultos), descubres un tesoro en cada uno de ellos, una sabiduría prístina más allá de condiciones sociales o edades. La narración de cada aventura me ha hecho sentir dentro de una ficción, maravillándome y sorprendiéndome con las cosas más simples, pero también con el increíble trabajo de producción detrás de cada experiencia, que te hace creer en la magia. Poder jugar nuevamente en cada momento ha sido mi mayor aprendizaje y mi mayor placer.
Además de todo esto, Caserta me ha permitido trabajar en algo profundamente relacionado a lo que estudio y me ha permitido construir y aclarar una nueva forma de ver mi futuro en este mundo.
Felipe te invita a ser parte de la Escuela de Educadores(as).
En la vida, cuando se te hace una invitación, tú tienes dos opciones, decir “si” o “no” y los mundos de posibilidades que se abrirán con cada respuesta serán diferentes con una sola palabra. Mi propuesta a esta invitación es a que respondan que “SI”, porque las experiencias, vivencias y aventuras que tendrán las atesoraran cada segundo en sus memorias y estarán convencidos de estar haciendo lo correcto. Podrán salir de lo convencional, estar en contacto con la naturaleza y con las personas fuera de sus círculos de miedo, y ustedes serán parte de ese proceso de perderlos. Cada responsabilidad que se les dé no lo verá como una carga, sino como un obsequio. Trabajaran con un equipo donde no solo los escucharan, sino que también les enseñaran a escuchar. Tendrán conversaciones que les harán cambiar su concepción de mundo, pero también ustedes cambiaran universos.
“La felicidad se apoya en los pilares fundamentales: tomar la vida como un juego y prodigar amor a los demás.” Robert Baden-Powell
La invitación está hecha.
Si tu respuesta es sí y cumples con los siguientes requisitos
-Estudiantes universitarios de segundo año en adelante.
-Interés y sensibilidad por el trabajo educativo con niños, niñas y jóvenes en condición de vulnerabilidad social.
– Motivación e iniciativa por la inclusión social, emocional, intelectual y corpórea.